La pissarra

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dilluns, 24 de novembre del 2014

El elixir del juego


El grado de complejidad táctica en las diferentes modalidades deportivas se rige en función del número de estímulos que interactúan entre ellos. Encontramos deportes con poca complejidad táctica, prácticamente memorísticos, mecánicos y automatizados, como son la mayoria de deportes individuales, donde los atletas actúan a menudo en un medio estable y sin incertidumbre.
Esta complejidad táctica augmenta significativamente cuando hablamos de deportes de adversario, que se diferencian de los individuales porque la oposición con los rivales es directa, o sea, la acción del adversario nos afecta directamente. Porqué augmenta la complejidad táctica? Porque no solo dependemos de nosotros mismos, si no de la contracomunicación motriz, o lo que es lo mismo: las acciones del contrario para engañarnos, dificultarnos y superarnos. A partir de aquí todas nuestras respuestas se verán condicionadas por la características y gestualidades del rival.
Finalmente nos encontramos con los deportes que generan más complejidad táctica: los deportes de colaboración-oposición o también conocidos como deportes de equipo. En este tipo de deportes se le suma otra variante que augmenta la incertidumbre: la relación con los compañeros, porque nuestra respuesta y actuación no solo dependerá del móbil y de los rivales, también dependerá de los propios compañeros porque sus acciones también nos afectarán positivamente o negativamente cuando tengamos que dar soluciones.
Esta introducción sirve para dar entrada al concepto de la toma de decisiones, que desde hace un tiempo se está hablando mucho hasta el punto de ser considerado como uno de los factores más relevantes para obtener resultados en la comprensión del juego en deportes de equipo. Esta toma de decisiones se ha empezado a hacerse famosa a partir que las nuevas metodologías de entrenamiento se han ido generalizando, contando cada vez más con un mayor número de tareas globales e integradas y reduciendo el porcentaje de tareas analíticas, que dan resultados rápidos pero que son pobres en el aspecto reflexivo.

Entendemos por toma de decisiones todo el proceso psico-motriz que realiza el jugador/a ante una situación-problema, con el objetivo de dar respuesta a esta situación.

El Dr. Friederich Mahlo en su estudio de la acción táctica (1969) estableció tres fases en el desarrollo del juego:
            1)La percepción y análisis de la situación.
            2)La solución mental del problema.
            3)La solución motriz del problema.

Popularmente pero, estas tres fases, entre los entrenadores y licenciados se reduce a tres verbos que definen el proceso de toma de decisiones: PERCIBIR - DECIDIR - EJECUTAR. Donde los dos primeros procesos son internos y el tercero es el único visible.
En cada situación de juego, el jugador/a tiene que ver-percibir lo que pasa: donde son los rivales, compañeros, balón, porteria... Seguidamente tiene que decidir una acción para superar esta situación y finalmente realizar la acción, ejecutarla.
Aunque siempre se define la toma de decisiones con estos tres verbos, creo que para optimizar y mejorar esta toma de decisiones tendríamos que introducir una nueva fase: el FEEDBACK, o sea, evaluar si la acción realizada ha tenido éxito y buscar los porqués. De esta manera, cerramos el círculo valorando los resultados y aprendiendo de ellos para optimizar futuras decisions.



Además de estas cuatro fases del proceso, la capacidad de tomar decisiones se fundamenta en cinco ejes esenciales:
            -El análisis (donde estoy, con quien, contra quien...).
            -El juicio (si hago esto, qué puede pasar?).

            -La información (rival zurdo? Defensa zonal? Cierro banda?).
            -Los conocimientos (Todo lo que sé o no sé me condiciona).
            -La experiencia (Antiguas decisiones han ido bien o no? Como han afectado al juego?).

Con un cóctel de estos cinco ejes basamos cada una de las decisiones que tomamos durante el juego.
El motivo por el cual los entrenadores y coordinadores dan tanta importancia a la toma de decisiones es porque ningua acción del juego es igual a otra, o sea, cada segundo que pasa se crea una nueva situación táctica y cada nueva situación necesita ser resuelta con constantes tomas de decisiones. Consecuentemente no podemos automatizar todas las jugadas, no podemos formar a los jugadores como si fueran autómatas y robots, todo lo contrario, crear jugadores racionales, que entiendan el juego para facilitar la base para que delante de cada nuevo problema-acción planteado tengan recurosos para tomar decisiones exitosas.

De qué sirve basar nuestro sistema de juego en jugadas pre establecidas si no sabemos como nos actuará la defensa en cada momento? Aquí dejo esta reflexión.
Para fomentar la toma de decisiones y dar herramientas a los jugadores para que puedan entender el juego, tenemos que intentar programar ejercicios de respuesta abierta, donde tengan diferentes opciones o maneras de ejecución. Así daremos espacio a que el jugador/a pueda decidir cual es la mejor opción en función de la percepción y análisis que ha elaborado.
Ejercicios que potencien la toma de decisiones son mayoritariamente los globales y los integrados porque intrísecamente tienen muchos estímulos y consecuentemente mucha complejidad táctica. Por otro lado, una buena metodología de entrenamiento para trabajar el concepto de este escrito sería el descubrimiento guiado o también la resolución de problemas (M. Mosston).
Si gastamos esfuerzos y horas en este tipo de trabajo en edades formativas lo vamos a agradecer con los años, porque convertiremos a jugadores/as igual o más inteligentes que sus propios entrenadores.

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